“Si ustedes de antemano sabe que en México hay todo él tiempo la pobreza, y un busca él vivir un poco mejor con la familia. Mi padres todo el tiempo fueron pobres..”

Mexicano Americano Miguel Angel Delgado, llegó a los EEUU en 1960. Miguel nació en Iguala, Guerrero en 1939. Su niñez en México fue muy difícil. Terminó la primaria pero no pudo seguir sus estudios debido a razones financieras. Seguir con sus estudios requería pegar uniformes, libros, materiales escolares,  y mensualidades. Gastos que la familia de Miguel no podía pagar. A pesar de haber atendido la primaria, Miguel nunca participó en actividades escolares porque no tenían el dinero para comprar el vestuario adecuado. El último año de la primaria había un concurso académico y el premio era una bandera Mexicana. Miguel participó pero no ganó el concurso por no saber  la respuesta a la última pregunta, “qué idioma hablan en Brasil”. Pero sin duda Miguel era uno de los estudiantes más inteligentes de su grupo.

En busca de una vida mejor, a los 8 años Miguel se empezó a alquería. Le llevaba comida a trabajadores del campo que sembraran. Cada semana recibía un total de $3 por su trabajo. Su próximo trabajo fue en una cevicheria. La duena del puesta comprendía la necesidad de Miguel y dejaba que le pintara las paredes, y sillas é incluso él daba de comer. Pero Miguel nunca se dio por vencido.  A los 18 años Miguel decido irse a Acapulco en busca de empleo. En aquel tiempo la ciudad de Acapulco estaba construyendo un aeropuerto. Miguel recibio trabajo en él Autoreporte. En ese trabajo conoció a su esposa, se casó, y tuvo dos niñas. Cuando se terminó de construir el aeropuerto, se terminó el trabajo de Miguel. Su próximo empleo fue con los bomberos de la ciudad. Desafortunadamente, como bombero el sueldo era bajo. El municipio se atrasaba con los pagos. A Miguel le debían más de un mes de sueldo.

En este tiempo, Miguel tenía tías que se habían hida a los EEUU en busca de una vida mejor. Las tías de Miguel le dijeron que podría encontrar un trabajo mejor en Chicago porque era una ciudad industrial. En 1960, Miguel entró a los EEUU con pasaporte y visa. Al mes Miguel empezó a trabajar a $2.35 la hora. Pero igual que en México, Miguel buscaba superarse. Cambiaba de trabajo cada vez que encontraba trabajo con un sueldo más alto. Dos años después de llegar a los EEUU Miguel se trajo a sus esposa, y dos hijas con pasaporte y visa.

Eventualmente Miguel compró una casa en Chicago. La casa tenía 3 pisos y con un precio de $65,000. Él bajo precio se debía a la vecindad en donde quedaba la casa. Miguel había comprado una casa en una área peligrosas, donde hacían muchas transacciones de droga. Una noche, la familia de Miguel estaban celebrando. Él estacionamiento cercano se había llenado. Miguel recuerda que, “En frente de la casa vivía un policía Puertorriqueño que no quería a los Mexicano”. El día de la fiesta llegaron amigos del hijo de Miguel, y se estacionaron en un lugar equivocado. Inmediatamente el policía Puertorriqueño llamó a la policía de la ciudad. En cuanto llegaron empezaron a agredir a Miguel. Uno de los policías le puso la rodilla en la espaldo y lo agredió con violencia.

Después de los acontecimiento, hubo en reporte falso. Los policías dijeron que Miguel había golpeado a un policía tan fuerte que tuvo que ser hospitalizado. Miguel tiene grabado en su mente las palabras que le dijeron aquella noche, “Aquí somos nosotros los que hacemos las leyes...”. Después de 20 años el caso sigue abierto. Miguel tiene muy presente en su mente él racismo. Miguel dice, “En ese tiempo (1960) había racismo y todavía hoy hay racismo. Mientras les hagas un buen trabajo aqui te tienen, y si no dicen que los mexicans son drogadictos o mafiosos.. Pero no somos todas así. Hay muchas que vienen a trabajar”.

A pesar de tener residencia, Miguel no puede pasar más de 6 meses fuera del país porque pierde su residencia y pensión. De tal manera Miguel dicen, “Yo quiero los EEUU... trabaje más de 40 años es como si fuera mi segunda patria”.  A pesar de que viva la mayoría de sus vida en EEUU, Miguel se siente más apegado a México. El ama a sus país de nacimiento dice, “están mis raíces haya, no lo cambio”.

Construyó una casa en Acapulco, México. Pero no vive en México año recondo.  Regresa a los EEUU a visitar a sus hijos, a cortes, y por razones médicas. En los sesentas no había transporte público. Miguel no tenía transporte y  no le quedaba de otra más que caminar a él trabajo todos los días e incluso en él inverno. Desafortunadamente, al transcurso de los años le cayó artistes en sus rodilla, y tuvo que someterse a una operación. Cada seis meses recibe injections para lidiar con él dolor en las rodillas.

Miguel tiene 18 nietos, 6 bisnietos, y eso lo motiva. Él no está completamente feliz, por la injusticias que vivió. Pero ver su familia le trae mucha felicidad. Tiene un hijo en el ejército de los EEUU, cada vez que lo visita le llegan lágrimas a sus ojos. Miguel es parte de la comunidad católica, disfruta leer el periódico, ver las noticias, leer mucho. Le gusta mantenerse informado en lo que está pasando en el mundo, las leyes inmigratorias, y los nuevas decisión que ha hecho el nuevo presidente.

-Escrito por Vanessa Huerta